Capítulo 8
Justo cuando Sigrid comenzaba a sentirse incómoda, una gran mano cubrió su puño como para consolarla.
La palma de él era cálida, como si intentara calmar su atribulado corazón.
Media hora después, el coche se detuvo en el portón de la antigua mansión de la familia Toland. Cuando los dos entraron, vieron que en la espaciosa sala de estar los estaban esperando los padres de George.
Ni el señor ni la señora Toland parecían muy complacidos. Obviamente, no estaban muy contentos con el cambio de novia del día anterior. Seguro pensaban que debían haber sido informados con anterioridad de aquel cambio en la boda.
Sigrid respiró hondo y se preparó para ser regañada, pero permaneció en silencio. Después de todo, era Rebecca quien había engañado a George antes de la boda, razón por la cual, la responsabilidad recaía en la familia Vincent. Si no se manejaba bien ese asunto, no podía imaginar el futuro que le esperaría a la familia Vincent.
Sigrid no se atrevió a sentarse. Después de que George saludara a sus padres, Sigrid dijo en voz baja: "Hola, señor y señora Toland".
Cuando Sigrid terminó de saludar, la señora Toland frunció el ceño. La expresión de su rostro asustó a Sigrid. Solo había dicho cuatro palabras y la señora Toland parecía muy enfadada. ¡Al parecer, iba a recibir un buen sermón ese día!
"Ya sea que te hayas casado voluntariamente o no con nuestro hijo, ya estás casada, tienes que cambiar la forma en que te diriges a nosotros. ¡Llamarnos señor y señora Toland es inaceptable!" La señora Toland miró a Sigrid con ojos hostiles y agregó: "¡Llámanos mamá y papá!"
"¡Sí! Papá, mamá". Sigrid se sintió mal. ¿Cómo podían los padres de su cuñado convertirse en sus padres?
El rostro de la señora Toland se relajó un poco y dijo: "Conocemos toda la historia, sabemos que tu hermana fue demasiado lejos esta vez y le faltó al respeto a nuestra familia. Si esto hubiera ocurrido con tiempo y no antes de la boda, no habríamos dejado que algo tan incómodo como lo de anoche pasara. No obstante, como nos enteramos justo antes de la ceremonia, no tuvimos otra opción. Afortunadamente, eres una chica respetuosa y obediente. Tienes que comportarte en el futuro. No puedes actuar como tu hermana, ¿entiendes eso?"
'¿Eso es todo? ¿Sin sermones? ¿Acaso no había humillado Rebecca el nombre de la familia Toland como para justificar que ellos pudieran descargar su ira contra mí? Estaba lista para que me sermonearan mucho en este momento', pensó Sigrid para sí misma.
"¿Por qué no hablas? ¿Estás insatisfecha con mis palabras?" La señora Toland la miró con descontento. ¿Por qué su nuera reaccionaba con tal lentitud?
"No, no pasa nada", respondió rápidamente Sigrid.
"Eso es bueno. No hemos tenido antes una buena conversación al respecto, así que hoy te contaré los deberes de una nuera de la familia Toland".
Sigrid se quedó quieta, lista para escuchar su próxima instrucción.
Después de una pausa, la señora Toland dijo con una cara seria: "Primero y más importante, debes dar a luz un hijo".
"Bien, bien", respondió Sigrid sonrojada. Pero en su corazón, ¡ella no quería en absoluto tener un bebé con su cuñado!
Al ver que estaba cooperando, la señora Toland asintió con satisfacción y continuó: "El resto no es muy importante. Simplemente no avergüences a la familia Toland cuando salgas. En estos días, debes tomarte el tiempo para hacerte un examen físico. Si tienes un problema de salud, trátalo rápidamente. ¡No quiero que mi nieto sea enfermizo! Además, haré arreglos para que el personal se encargue de tus tres comidas al día y de tus otras necesidades diarias. ¡Debes dar a luz a un heredero saludable!"
"Está bien", respondió Sigrid recatadamente.
La señora Toland se sintió muy satisfecha con la obediencia de Sigrid, y agregó: "Y no tienes que preocuparte por lo que publicó tu hermana en Facebook. Nosotros nos encargaremos".