Capítulo 21
La voz despiadada del policía lastimó profundamente a Sonia.
Con un pisotón, ella respondió con ira: —¡Está bien, ya me voy!
Sonia acababa de hacer una llamada para contratar a una empresa de mudanzas para que se llevara su equipaje.
Sin un destino claro, el conductor se impacientaba, preguntándole repetidamente a dónde quería ir.
Después de mucho titubear, finalmente dio el nombre de un antiguo vecindario donde había vivido: —Vamos a Residencial Las Encinas.
Su única opción era contactar a su antiguo arrendador para ver si podía renovar el alquiler.
Por suerte, solo habían pasado unos días y el apartamento aún no se había alquilado.
Cuando Sonia llegó a Residencial Las Encinas, lo primero que vio fue a varias personas esperando en la entrada del complejo.
La familia Pérez, aunque vestida de forma sencilla, se mantenía limpia y ordenada.
Sin embargo, Sonia los despreciaba y naturalmente tenía una mala actitud hacia ellos.
Ella incluso intentó decirle al conductor que se diera la v
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