Capítulo 32

Conozco a esa niña, es Sara Castro, la hermana menor de Clara. Fruncí el ceño levemente, pero pronto recobré la calma. En el pasado, también había fantaseado con tener una familia con él, en una mañana común y corriente, soleada, llevando de la mano a los niños a la escuela. Pero no debería albergar tales fantasías, y mucho menos considerar a Daniel como mi pareja. Ellos dos se acercaron más, y Daniel también se percató de mí. Me giré, tomando de la mano a otro niño. —Ven, te ayudo a cambiar tus zapatos de baile. Me incliné, sonriendo. El niño asintió obedientemente, y yo cambié sus zapatos de baile con cuidado. Ellos dos llegaron hasta donde yo estaba, Daniel me miraba fijamente. Sintiendo su mirada ardiente, me mantuve serena como el agua. —¿Trabajas aquí a tiempo parcial? De repente me preguntó, y yo no respondí. Mi actitud distante probablemente lo incomodó; su mirada se volvió más intensa. Después del verano nos separamos, y las oportunidades de vernos se r