Capítulo 26
—¿Has vuelto por alguna razón en particular? —preguntó Silvio nuevamente.
—Vine por asuntos del hospital —explicó Lucía.
Al oír esto, Silvio frunció el ceño. —Eso podrías habérselo dicho a Wálter, ¿no?
Lucía guardó silencio.
Silvio, comprendiendo algo, sonrió y cambió de tema. —Ya que has vuelto, quédate a comer antes de irte. La abuela estaba durmiendo la siesta, justo estaba pensando en ti.
—No, papá, tengo otras cosas que atender.
Aunque Lucía sabía que Wálter rara vez regresaba, temía que la señora Sandra la viera y llamara a Wálter, haciéndolo volver también.
Silvio no la detuvo, entendiendo que estaba preocupada por los asuntos de Honorato, y la consoló con unas palabras.
Después de que Lucía se fue, Silvio retomó el periódico.
Su mirada se posó en la noticia principal:
El presidente del Grupo Nubes había tomado medidas extremas por el asunto del perro amado del vicepresidente Brisa...
Pensativo, después de un rato marcó un número en el teléfono.
—
Lucía sal
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