En una mansión desierta, Patricia González está sentada inmóvil en el sofá hasta que, mucho después, la puerta se abre y Ramón Fernández entra desde el exterior. Cuando su mirada se posa en ella, se detiene momentáneamente y luego su expresión se torna fría. —Lucía Rodríguez tiene fiebre hoy, ¿por qué me has estado llamando tanto?