Capítulo 172

Por lo tanto, Nuria ya no podía ir a trabajar como nutricionista con la familia Guzmán. Ángel no dejó de regañarla y estos días no le mostró ni una pizca de amabilidad. Nuria se sentía culpable y llena de remordimientos, no podía comer ni dormir bien, siempre tenía el corazón en vilo. Una mañana, al bajar a tirar la basura, casi la atropella un coche. La basura se esparció por todas partes, y el coche frenó bruscamente, rozándole apenas las rodillas. La puerta del coche se abrió y alguien se acercó; Nuria vio unos zapatos elegantes de hombre. Antes de que la persona pudiera empezar a regañarla, Nuria se apresuró a disculparse:—Lo siento, lo siento... —¿Eres una profesional del fraude?—Una voz masculina y grave cayó desde arriba, con un tono de burla y mofa. Nuria: —......— El hombre se agachó frente a ella y le agarró las manos que estaban recogiendo la basura, frunciendo el ceño.—El cielo te ha dado unas manos tan hermosas, no son para recoger basura. La fuerza del hombre era consi