Capítulo 34

Halle empezó a sentirse preocupada. Miró a Rowena, quien ansiosamente dijo: “No hay necesidad de ver el video de seguridad, Ivor. Después de todo, ella le agrada al abuelo Sigmund. Puede que ella no me importe, pero tengo que mostrarle algo de respeto a él”. “Lo hecho, hecho está. Mi abuela se ha ido hace ya mucho tiempo de todas formas. Puedo aferrarme al brazalete por siempre, pero ella no regrasará a mí. Le haré un favor al abuelo Sigmund y lo dejaré pasar”. Luego, Rowena tomó a Halle del brazo y dijo: “Vámonos, Halle”. Ivor las detuvo: "¿Quién dijo que podían irse?". Rowena y Halle se detuvieron en seco e intercambiaron miradas. No lo entendían. ¿Por qué Ivor no dejaba pasar esto? Era un hombre privilegiado y capaz. ¡No había forma de que amara a una doñanadie como Bonnie! Ivor se dirigió abruptamente hacia ellas. "¡Discúlpense con Bonnie!". "¡N-no hicimos nada malo!". "Muy bien. Revisaré la grabación de seguridad y se la enviaré a toda la familia", dijo fríamente. Eso las hi