Capítulo 12

Bella "Cámbiate de ropa de inmediato", Herbert me ordenó. "Después de cinco minutos, le pediré a Allie que salga de mi oficina un momento. Te estaré esperando en el auto, en el estacionamiento".  "De acuerdo". Dije, asintiendo con la cabeza.  Hice lo que me pidió y traté de cambiarme de ropa lo más rápido que pude. Luego caminé hacia la puerta y la abrí un poco para ver si Allie, la secretaria, estaba en la oficina.  Cuando comprobé que no estaba, salí a toda prisa de la oficina del nuevo jefe y corrí hasta el ascensor.  Llegué al estacionamiento y me subí al Bentley de Herbert sintiéndome muy aliviada.  El conductor de Herbert iba muy rápido. Estuvimos en silencio todo el camino. Lo único que se oía de vez en cuando era el sonido de la luz intermitente.  Miré a Herbert, que estaba sentado al otro lado del auto y vi que tenía el presupuesto en la mano y que lo estaba examinando.  Probablemente él era más vulnerable cuando trabajaba duro. De hecho, cuando no estaba dando órdenes ni hablando con desdén y desprecio, este hombre era muy encantador.  "¿Qué miras?" Herbert preguntó de repente. Volteé a mirar hacia otro lado de inmediato. "Oh, solo estoy un poco preocupada por el presupuesto". Respondí. Sentía que mis mejillas se estaban sonrojando.  "No te preocupes", Herbert me aseguró. "Por lo que he podido ver, no hay ningun problema". Después de decir esto, dejó el documento a un lado.  "Tuviste muy poco tiempo para verificar todo", dije, mirándolo. "¿Estás seguro de que no hay ningún error?"  Él solo había tenido menos de dos horas para revisar todo el documento, ya que también había tenido que sacarle copias. A una persona común y corriente le tomaría un día entero revisar el presupuesto, y le tomaría otro día comprobar que no hayan errores.  "Señorita Stepanek, no lo sabe, ¿verdad?" El conductor se volteó y me dijo con una sonrisa. "El Sr. Wharton se graduó del Departamento de Finanzas de la Universidad de Cambridge e hizo su maestría en el Departamento de Contabilidad de la Universidad de Austin, en Texas. Pasó el examen de CPA cuando tenía 25 años". Al escuchar las palabras de Connor, el conductor, no pude evitar mirar a Herbert con admiración. "¿Pasaste el examen de CPA a los 25 años?" Siempre había pesnado que Herbert no había ido a la universidad y que, aparte de su apariencia, no tenía otra cualidad. Pensé que él se había convertido en el jefe porque su padre también había sido jefe.  Ni en mis sueños más locos me hubiera imaginado que él se hubiera graduado de la Universidad de Cambridge y que hubiera hecho su maestría en la Universidad de Austin, en Texas, a donde solo iban los mejores contadores de todo el mundo. Además, él había pasado el examen de CPA con tan solo 25 años. Era realmente asombroso.  "Dios mío", exclamé. "Siempre quise pasar el examen de CPA. Es una pena que solo haya podido terminar un par de cursos después de graduarme de la universidad. Ahora mi nueva meta es pasar el examen de CPA antes de que cumpla 30 años".  Seguí mirando a Herbert con admiración. Sin embargo, mi estupor no duró mucho, ya que, de pronto, Herbert abrió la boca para hablar. "Mientras te gradúes del departamento de contabilidad y trabajes duro, aun si tu talento es promedio, podrás pasar el examen de CPA". Al oír esto, fruncí el ceño. Herbert era demasiado arrogante. La admiración que había sentido por él se desvaneció en un segundo.