Capítulo 90

Al oírlo, Lucille se quedó de piedra. ¿Podría ser que Samuel hubiera dado con su paradero? Eso no era algo bueno. Enseguida tomó el cheque y dijo de buena gana: "Gracias. Ahora me voy." El subordinado la miró con desprecio, pensando que estaba asustada. Inmediatamente se mofó: "Es usted muy inteligente." Ella no pronunció palabra, simplemente volvió a su habitación, tomó su mochila y salió. Como era de esperar, le convenía ir a otro hotel. Mientras tanto, en la suite de al lado... El subordinado de confianza, que había completado la tarea, se inclinó ante Samuel y le dijo: "Ya he terminado, señor Gilbert. Ahora solo tenemos que esperar a encontrar el número de habitación de Sombra Solitaria e invitarle." "Eso es", respondió Samuel satisfecho. Sin embargo, en ese momento, otro subordinado que había ido a investigar entró corriendo e informó: "¡Malas noticias, Sr. Gilbert! Hace apenas dos minutos, ¡hemos vuelto a perder la pista de Sombra Solitaria!" "¿Cómo puede ser? ¿No te acabas d