Capítulo 66

Mónica escuchó a Braulio decir esto y recordó la escena en la que Braulio había golpeado a Rafael, lo que la hizo empezar a preocuparse: —Braulio, evita pelear si puedes. La violencia no resuelve los problemas. Braulio asintió: —No te preocupes, soy la última persona que disfruta de las peleas. Sara frunció el ceño: —Si hasta golpeaste a un médico, ¿quién va a creerte? Braulio hizo como si no escuchara y condujo directamente al destino con ambos. Bar La Palmera. Es el bar más lujoso de la Ciudad del Viento. Aquí, solo hay cosas que no puedes imaginar; no hay nada que no puedas comprar. Ignacio estaba solo en una sala privada fumando, esperando. La puerta se abrió. Un hombre muy robusto entró tambaleándose. Al verlo, Ignacio se asustó y se puso de pie, sosteniendo una copa de vino: —Señor Mario, ¿cómo ha venido? Le ofrezco un trago. Mario Gómez, con los ojos vidriosos, miró a Ignacio: —¿Quién eres tú? Te has equivocado de habitación. ¡Lárgate! Ignacio, asustado, se inclinó para disculp