Capítulo 43

—¡Utilicé la excusa de una reunión solo para alejarte! ¡Quiero dejar algo claro aquí! ¡Apoyo a Mónica, confío en ella como presidenta y estoy seguro de que nuestra colaboración con ambas familias se intensificará! —Tú... Pedro sintió como si hubiesen abofeteado su rostro repetidamente. Humillado ya por Yago, no esperaba que Zacarías menospreciara su antigua relación con Álvaro. Era un insulto para él. Ante las miradas de familiares y amigos, sintió que su rostro ardía de vergüenza. No se atrevió a enfrentarse ni a Yago ni a Zacarías, solo pudo señalar a Mónica y descargar su resentimiento: —¡Mónica, espera, nuestro asunto no ha terminado! Delante de muchos familiares y amigos, su dignidad fue pisoteada y arrastrada. No se atrevió a quedarse más tiempo, se levantó furioso y se marchó. El semblante de Álvaro era aún más sombrío, consciente de que permanecer solo añadiría más humillación, se levantó rápidamente y se fue con su hijo. Al ver esto, Mónica supo que su posición como presidenta