Capítulo 68

Adrián se acercó rápidamente, su mirada era natural y franca.—Vamos,—dijo. ¿Eh? ¿No iba a explicar por qué se iba a quedar tan cerca de mi habitación? Originalmente quería preguntarle, pero pensé que si lo hacía, sonaría un poco abrupto. —Adrián, ¿por qué te vas a quedar tan cerca de nosotras?—Sofía, con su habitual rapidez, hizo la pregunta por mí. Adrián caminó hacia el ascensor, extendió la mano para presionar el botón, y vi su tarjeta de habitación: era la 308, justo al lado de la mía. —Es conveniente,—dijo Adrián, con una sola palabra. ¿Conveniente para qué? Esto definitivamente daba lugar a la imaginación. Incluso Sofía quedó desconcertada por su respuesta. Miró hacia mí en silencio y luego volvió a mirar a Adrián.—¿Qué es lo conveniente, Adrián? Realmente quería golpearle la cabeza. ¿Tenía que ser tan curiosa? Tenía que seguir preguntando hasta el final. El reflejo en la brillante pared del ascensor mostraba claramente nuestras figuras. Miré a Adrián a través del espejo y él tam