Capítulo 43

He estado aquí varios días y no he visto a sus hijos venir a verla. No he preguntado mucho, pero desde mi perspectiva, ella nos ha tomado a Adrián y a mí como si fuéramos sus propios hijos. Por la noche, cuando estaba a punto de dormir, recibí una llamada de Ana preguntándome cuándo iba a regresar. Le dije que aún no lo había decidido. Realmente me sentía muy feliz en esta pequeña calle, era el momento más feliz desde que mis padres se fueron. Incluso estaba considerando extender mis vacaciones unos días más, hasta que me cansara de estar aquí. —¿No será que no quieres dejar a tu soldadito?—me dijo Ana en tono de burla. Pensé en los pocos, pero inexplicablemente conmovedores, encuentros que había tenido con Adrián.—No es que no quiera dejarlo, pero cuando está cerca, mi corazón parece tener más vida. —¡Vaya, parece que nuestra asistente Carmen tiene una capacidad de recuperación bastante buena!—bromeó Ana. No respondí, y Ana guardó silencio durante unos segundos antes de preguntar:—¿Al