Capítulo 156

No podía imaginar que me encontraría con Adrián justo cuando salía de la ducha. Era una escena en la que solo llevaba una toalla alrededor de la cintura, con la parte superior expuesta y la inferior también, cubriendo solo lo necesario. Adrián también se quedó atónito, como si no esperara que yo entrara de repente; incluso pude ver cómo su piel bronceada se sonrojaba. Por un momento, ambos nos quedamos mirándonos, sin decir nada ni movernos, como si el tiempo se hubiera detenido. Hasta que Adrián reaccionó primero y se metió en su habitación. Entonces, mi cuerpo rígido pudo moverse un poco y tragué saliva. En ese momento, me di cuenta de que mis mejillas ardían... Al ver la puerta cerrada de su habitación, supe que seguramente estaba vistiéndose. Pensando en la ropa que le compré, dije: —Adrián, no te vistas aún, espérame un momento. Después de decir esto, me di la vuelta, pero en el instante de girar, sentí que algo no estaba bien. ¿Qué acababa de decir? Le pedí que no s