Capítulo 153

La pintura no es algo ordinario, no es un artículo de primera necesidad en cada hogar, así que mi primera reacción fue que ella también la compraba para regalarle a José. Hace unos días, Alejandro me había asegurado que haría que Laura dejara la empresa y que no tendrían más conexiones. No pensé que incluso en el cumpleaños de José él la llevaría. No le creí, y al final, resultó ser una buena decisión. Laura miraba atentamente las pinturas que el dueño le había traído, luciendo muy interesada, así que no me vio. Yo tampoco quería cruzarme con esa mujer, así que decidí ignorarla y continuar eligiendo mis propias cosas. —¿Estás segura de que esto es lo mejor? Estoy a punto de regalarlo a un familiar muy importante, no quiero perder la cara —preguntó Laura al dueño. —Señorita Laura, lo que se considera "lo mejor" no tiene un estándar, no hay lo mejor, solo hay algo mejor, ¿verdad? Pero te aseguro que es muy bueno y que no te hará quedar mal —explicó hábilmente el dueño. —Eso es cierto, pe