Capítulo 68

—Mi voz no cuenta como ruido. —dijo Elena: —La verdad no es un tono alto. Silvia guardó silencio. Observando el perfil serio de Silvia, Elena recordó el momento en que se conocieron, lo que la llevó a hablar de manera tan espontánea: —Si no hubiera sido por aquel incidente, ¿podríamos haber sido amigas de por vida? —No. —Silvia respondió con determinación. El carácter de Elena la hacía incompatible con la paz de Silvia. Incluso sin aquel incidente, nunca podrían haber sido amigas de por vida. —Ya que no es posible, entonces hablemos de Diego. —Elena conocía la respuesta y no se sorprendió en lo absoluto y dijo: —Supongo que no quieres que él centre su atención en ti, ni que controle tu vida. Silvia la miró de pies a cabeza. No entendía del todo sus verdaderas intenciones. —Yo tampoco lo quiero. —Elena sostuvo su mirada, sin evitarlo ni por un solo minuto: —En este aspecto, nuestros objetivos son los mismos. —¿Qué quieres decir con todo esto? —Los ojos de Silvia reflejaban una emoción i