Capítulo 14

No se sabía qué había dicho Pedro al otro lado del teléfono, pero la expresión en el rostro de Don Fernández se oscureció cuando habló con tono severo, —¡Pedro Fernández, los años traen sabiduría! Te doy media hora para que te presentes ante mí. Dicho esto, colgó el teléfono enfadado. Luego, apuntando con firmeza a su nuera, quien estaba de pie con una expresión algo aturdida, dijo, —Leti, tú espera aquí. Voy a hacer que Pedro regrese y se disculpe contigo. Leticia rápidamente negó con la cabeza, —No, no hace falta, papá. —dijo apresurada. Al fin y al cabo, había sido ella quien había empezado con las provocaciones. No pasó mucho tiempo antes de que Pedro volviera. Tan pronto como entró en la casa, lo primero que vio fue a su joven esposa escondida detrás de Don Fernández. Para Pedro, todo era una actuación calculada de Leticia para hacerse la víctima ante su padre. Al verlo llegar, Leticia notó la mirada intensa con la que Pedro la observaba, y su corazón empezó a latir con nerviosism