Capítulo 44

Parecía haber escuchado un ruido detrás de él y, por instinto, se volvió. Lo vi mirándome fijamente, sin hablar durante un buen rato, lo que me puso algo nerviosa. Bajé la vista rápidamente y pregunté: —¿Qué... Qué pasa? ¿No te gusta cómo me veo? Sergio tragó saliva y esbozó una sonrisa: —Te ves bien. Entonces respiré aliviada. Hoy Sergio me había traído y no podía permitirme hacerle perder la dignidad. Para combinar con este vestido largo de lentejuelas que llevaba, me había hecho un moño suelto y me había maquillado con especial atención para destacar, brillante y resplandeciente. Era muy llamativo. —Vamos, el banquete ya casi comienza. Sergio me ofreció su brazo, inclinando la cabeza con una sonrisa que era tanto guapa como caballerosa. Solte una risita y pasé mi brazo por el suyo, caminando juntos hacia el lugar del banquete. ... Aunque había imaginado cómo sería el banquete en el Palacio del Sol, al entrar al salón me di cuenta de que mi imaginación había sido demasiado pobre. El