Capítulo 58

Ella gritó de dolor. Su tobillo parecía haberse torcido, no podía apoyarlo. —No puedo... Mantenerme en pie... Su expresión reflejaba una gran impotencia. Ignacio la levantó por la cintura. Su movimiento fue tan repentino que Leticia no estuvo preparada, y de forma instintiva rodeó su cuello con los brazos. Durante todo el proceso, su mente estaba en blanco. Una vez dentro del ascensor, el espacio era estrecho y el aire viciado. Estaban tan cerca el uno del otro, sus respiraciones entrelazadas. Un ambiente ambiguo. Si no fuera por el alcohol que aún sentía, Leticia habría querido escapar de esta situación incómoda en ese mismo momento. Qué vergüenza, era demasiado vergonzoso. —¿En qué piso? —Su voz sonaba grave. Leticia ya estaba un poco más consciente, pero en este momento, con la situación como estaba, solo podía seguir fingiendo estar borracha: —En el sexto. Ignacio presionó el botón del sexto piso. El ascensor comenzó a subir lentamente. Por suerte, pronto llegaron al piso. Cuando s