Capítulo 44
El auto negro en el que iba Guadalupe paseaba a la luz de la luna. Inclinó la cabeza y miró por la ventana. Al recordar el comentario de Aritz, frunció el ceño ligeramente.
Sheila la llamó amablemente: "¿Señorita Aranda?".
Guadalupe recuperó los sentidos y luego le respondió a Sheila: "¿Qué pasa?".
"La autora del rumor ha sido encontrada".
Sheila hizo una pausa y miró a Guadalupe antes de continuar: "Fue la señorita Ávila".
No sorprendió a Guadalupe, quien se rio entre dientes: "¡Olivia es increíble!".
Guadalupe sonrió.
Sheila no supo en qué pensaba su jefa. "¿Debería contarle al señor Aranda sobre esto?".
"¿Por supuesto, por qué no?".
La hostigaron muchas veces. ¿Por qué debería seguir aguantando?
"Entendido, señorita Aranda".
Sheila ordenó la evidencia y la envió directo a la secretaria de Marcos.
Esa misma noche, la secretaria de Marcos llamó para informarle a su jefe.
Cuando Marcos cortó la llamada, se enfureció tanto que golpeó la mesa. "Esto es demasia
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