Capítulo 33
Noah levantó ligeramente las cejas y miró fijamente a Guadalupe sin preguntar nada.
Al ver que Guadalupe no estaba de buen humor, Sheila no pudo evitar acompañarla. "Señorita Aranda, ¿se siente mal?".
Al escuchar sus palabras, Guadalupe sacudió su cabeza y alejó sus pensamientos. "No".
Guadalupe miró por un momento a Noah y sonrió. "Señor Chistau, ¿también está esperando a su chófer?".
Noah miró los ojos almendrados de Guadalupe y sus ojos se iluminaron. "Me quedaré a su lado".
Guadalupe se rio: "No esperaba que tuviera esa afición".
Noah la miró con una pequeña sonrisa. "Mi afición es usted, señorita Aranda. Debería saberlo".
Guadalupe lo miró y quitó su sonrisa sin responder nada.
En ese momento, el conductor llegó. Guadalupe miró a Noah y dijo: "Señor Chistau, debo irme a casa".
Mientras hablaba, caminó hacia la parte trasera del auto y se subió.
Sheila observó cómo el coche de Guadalupe se alejaba lentamente, antes de subir a su propio coche y abandonar el lug
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