Capítulo 43
Cristina percibió al instante su reacción.
Usó el codo y le golpeó el pecho:
—Gonzalo, debes estar tranquilo.
La voz de Gonzalo era ronca:
—Estoy en paz, pero está inquieto. No puedo controlarlo.
Cristina estaba avergonzada y molesta.
Gonzalo retrocedió un poco y volvió a tirar de la colcha metiéndola un poco entre los dos, aislando este poco de vergüenza.
—Ya no estás enfadada, ?verdad? —la engatusó cuando lo terminó.
El aliento caliente roció la oreja de Cristina, lo que le dejó sentirse muy cómoda.
—Date prisa y vete a dormir —Ella dijo.
Después de una noche sin dormir, Gonzalo realmente tenía mucho sue?o. Al oler su aroma, pronto se quedó dormido.
Cristina sabía que ella era como una almohada para hacerle dormir bien, así que tampoco se fue.
Cristina cogió su teléfono móvil, editó un mensaje de texto y lo envió.
Pronto, hubo una respuesta desde allí.
[?Se?or! ?Has venido a Ciudad Viento? ?De verdad?]
Cristina miró el mensaje y le contestó.
[Sí, reúnete conmigo a las
Haga clic para copiar el enlace
Descarga la aplicación Webfic para desbloquear contenido aún más emocionante
Encienda la cámara del teléfono para escanear directamente, o copie el enlace y ábralo en su navegador móvil
Encienda la cámara del teléfono para escanear directamente, o copie el enlace y ábralo en su navegador móvil