#Capítulo 88

Víctor no respondió, solo conducía con calma. Diez minutos más tarde, el coche se detuvo frente a Casa Guzmán. Víctor abrió la puerta del vehículo y dijo: —Señorita Paula, por favor, baje. Paula observó Casa Guzmán desde el coche con una expresión indescifrable y replicó: —Te pedí que me llevaras a la Universidad A, ¿no me escuchaste? ¿O es que lo haces a propósito? —Lo siento, señorita Paula, solo sigo las instrucciones del presidente Bruno,— respondió Víctor con un tono sereno, ajeno al mal humor de Paula. Paula no tuvo más opción y bajó del coche, pero inmediatamente sacó su móvil y solicitó otro vehículo: —Víctor, no importa que no me lleves. ¡Tomaré un taxi por mi cuenta! Quiero saber si el presidente Bruno está en la Universidad A, si está con Raquel. Víctor abrió la puerta del coche y se detuvo un momento al escucharla: —Señorita Paula, le sugiero que no vaya en este momento, el presidente Bruno seguramente no querrá verla ahora. —¡Soy su novia, tengo derecho a buscarlo! Víctor,