Capítulo 200
Él respondió la llamada con un toque y dejó el altavoz activado.
Así que, la voz de Mario resonó por todo el coche:—Dime, ¿cómo piensas agradecerme?
Bruno, concentrado en la conducción, respondió:—No lo he pensado.
Mario soltó una risa, y al otro lado se escucharon dos bocinazos.
Casi al mismo tiempo, detrás de ellos también se oyeron dos bocinazos.
Raquel, sorprendida, miró hacia atrás y se dio cuenta de que el coche seguía detrás de Bruno.
Tardó un momento en darse cuenta de que la persona en ese coche no era otra que Mario.
Bruno colgó la llamada directamente.
Luego, al salir por la puerta de la urbanización, hizo un gesto de girar a la derecha, pero de repente giró bruscamente el volante y se desvió a la izquierda.
Cuando Mario se dio cuenta, ya se había quedado atrás.
Sonriendo al volante, Mario dijo:—Vaya, Bruno, eres todo un pillo.
Dicho esto, se fue conduciendo tranquilamente.
Justo después de que ambos coches se marcharan, otro coche salió lentamente de la urbanización.
En est
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