Capítulo 118
——
El silencio en la oficina era tal que se podía escuchar caer una aguja.
Raquel abrió los ojos de par en par. —¿Doctor Gonzalo, qué ha dicho?
—Por el pulso, ¡estás embarazada!
...
¡Estaba embarazada!
¡Fue aquella noche!
Pero...
—¡Imposible! —exclamó Raquel.
Gonzalo, con un agudo sentido de la discordancia, preguntó: —¿Por qué es imposible?
—Porque yo... —Raquel se detuvo de repente, porque había tomado la píldora del día siguiente. Aún no habían pasado 72 horas; tenía que ser efectiva. ¿Cómo podría estar embarazada?
Gonzalo echó una mirada a Bruno, diciendo significativamente: —Incluso con precauciones, es posible quedar embarazada. Las medidas no son 100% seguras.
—¿Y si se toma la píldora? ¿Tampoco es 100% segura? —La voz de Raquel empezó a temblar; realmente tenía miedo. Por miedo había tomado la píldora, pero aun así, ¡quedó embarazada!
—¿La píldora? —Gonzalo miró de nuevo a Bruno. —Generalmente, si tomas la píldora, no deberías quedar embarazada. ¿Qué marca tomaste?
Raquel negó
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