Haciendo caso omiso

"¿De verdad crees que yo la empujé?" Savannah Lea miró a su padre desesperanzada, y el tono de la pregunta era muy inseguro. Pero Walden George inmediatamente negó con la cabeza y afirmó sin dudar un instante: "No, no lo creo. No eres esa clase de persona ... eres una buena chica". Diciendo esto, se volteó a mirar a Hilda Kent y a su hija, y les preguntó sombrío: "¿No han tenido suficiente de esto? ¿Cuál es el punto de maltratar a Savannah así? Hilda, ya no son niñas peleando por juguetes y caramelos! Te lo advierto, deja de decir esas cosas sin sentido!" "Tú, George ..." "¡Papá!" Walden siempre había sido una persona amable y gentil, pero ahora, esa expresión adusta en su rostro solo podía significar que estaba extremadamente enojado. Y cuando las personas así se enojan realmente, es preferible no provocarlas. Sabiamente, Hilda y su hija guardaron silencio. Los espectadores arremolinados alrededor de la piscina ya habían comenzado a susurrar. "Esta chica parece ser la secretaria de