Solo esto

Savannah emitió un leve gruñido mientras se cubría la cara con las manos y jadeaba un poco, esperando que el golpe de Shanee no fuera a dejar secuelas en su rostro; la bofetada le había causado mucho dolor y cada vez le dolía más. El lado izquierdo de su rostro ya no se parecía al de ella, como si estuviera usando una horrible máscara; sacó un poco de hielo del refrigerador, lo colocó en el fregadero y lo martilló hasta triturarlo un poco para poderlo poner en una bolsa. Sanders, el amo de llaves, la miró desde un lado y preguntó directamente: "¿Qué le pasa a su cara?, ¿quién la golpeó? Dígaselo al señor Handerson y él se vengará por usted". Savannah permaneció en silencio, movió la comisura de sus labios, pero luego pensó, ¡olvídalo!, es gracias al señor Handerson que mi cara está así. "Señorita, si me lo permite, yo mismo se lo diré", dijo Sanders con la intención de ayudar; sin embargo, ella negó con la cabeza y se rehusó con una sonrisa: "No, no es necesario. Puedo manejar un asunt