No tengo otra elección

"Mentiroso, mentiroso...", Savannah estaba atrapada en los brazos de Callan y, como si hubiera perdido la cabeza, seguía repitiendo la palabra 'mentiroso' una y otra vez. "¿Qué estás diciendo?", él bajó la cabeza y se inclinó hacia sus labios, trató de escuchar las palabras que salían de su boca, luego, una sutil sonrisa se formó en sus labios: "¿De quién estás hablando?, no creo que alguna vez te haya mentido; en cambio, creo que fue al revés". Ella cerró los ojos y las lágrimas se le escaparon de nuevo: "¡Me mintió!, cómo pudo haberme mentido, ¿cómo pudo dejarme así?", se cubrió la cara con las manos y gritó dolorosamente: "¿Por qué lo hizo? ¡Le prometí que siempre estaría allí para él! ¿Por qué, por qué me hizo esto?" Estas palabras sin sentido para Callan generaron una mueca de desprecio en su rostro, le apartó las manos y gruñó en voz baja: "Ahora que te has dado cuenta de cómo te trató, ¿qué sentido tiene decir todo esto? ¿Qué te pasa?, ¡ese tipo ni siquiera merece llamarse hombr