Capítulo 84

El aire se llenó repentinamente de un olor acre, y unas gotas de un líquido desconocido cayeron accidentalmente sobre la ropa de un hombre, corroyendo al instante varios agujeros oscuros. —¡Muere, perra! Al presenciar esto, las personas detrás del hombre retrocedieron aterradas varios pasos, distanciándose de él. —Es ácido sulfúrico, puede ser peligroso. —Exactamente, incluso lo lanzó directamente al rostro de alguien. —Ay, si hubiéramos sabido que estaba tan desequilibrado y capaz de hacer algo así sin medir las consecuencias, nunca deberíamos haber venido. Los comentarios alarmados continuaban. El ácido sulfúrico fue arrojado directamente hacia Inés, quien no logró esquivarlo. En ese momento crítico. Una figura familiar y erguida apareció de pronto entre la multitud, atrapando a Inés en sus brazos. El largo abrigo que llevaba puesto se quemó brutalmente, dejando un horrendo agujero, y la piel de su espalda quedó completamente expuesta. La corrosividad del ácido sulfúrico era extremad