Capítulo 49
Arturo conducía a Inés hacia donde se encontraba Bruno, con un tono algo imperativo: —Doctor Bruno, por favor, revise su mano.
Al oír esto, Bruno levantó la cabeza y, al ver el rostro de Inés, un atisbo de sorpresa cruzó sus ojos.
—Inés, ¿cómo es que te encuentras en Casa García?
Hace cinco años, como distinguido graduado de la Universidad de Medicina San Rafael, Bruno había pronunciado un discurso durante la celebración de la universidad.
En aquel entonces, su compañera era Inés.
Mientras hablaba, Bruno tomó con delicadeza la mano de Inés, levantándola para aplicar yodo sobre las abrasiones y desinfectarlas.
Inés frunció el ceño por el dolor, inhaló profundamente y comenzó a observar a Bruno con detenimiento.
Con cierta hesitación, Inés lo miró y dijo: —Soy la esposa de José. He escuchado que tu abuelo ha estado enfermo últimamente, así que he vuelto.
Al escuchar el nombre "José", las pupilas de Bruno temblaron, pero rápidamente ocultó cualquier emoción anómala.
—Ya veo, por eso nunca
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