Capítulo 28
José, sin embargo, no se percata y, de manera instintiva, suelta la mano de Inés, se agacha lentamente con los brazos abiertos y grita sonriendo:
—Luis, ven aquí con tío.
Apenas termina de hablar, el pequeño niño que caminaba hacia adelante, de repente cambia de dirección y corre hacia José con un "tac, tac, tac".
Mientras tanto, no deja de murmurar.
—Tío... tío... es tío... ha llegado.
—Luis... le gusta... tío.
Luis se lanza al regazo de José, quien lo levanta con una gran sonrisa y le pregunta: —Luis, en este tiempo que tío no ha estado, ¿has hecho caso a mamá?
Luis asiente firmemente, como un gato de la suerte.
—Obediente... tío... abrazo de tío.
Luis extiende la mano hacia José.
Al ver esto, José lo levanta un poco más y Nancy, aliviada, revela sin piedad:
—José, no le hagas caso, solo se comporta cuando tú vienes.
—Normalmente, actúa como un pequeño diablo, casi me vuelve loca.
El labio de Luis se tuerce de inmediato en una mueca de tristeza. Extiende su manita regordeta y la colo
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