Capítulo 19
El teléfono sonó durante casi un minuto antes de que finalmente respondieran.
José, como si viera una luz de esperanza, rápidamente llevó el móvil a su oído y dijo con cautela:
—Hola, Inés.
Inés bostezó y fingió confusión: —¿Hay algún motivo especial por el que me llamas?
Al oír esto, la voz de José se suavizó: —Lo siento... no debería haber dicho eso antes.
—Ya que somos esposos, sé generoso y perdóname esta vez, ¿me permitirías entrar, por favor?
La actitud de Inés se relajó un poco: —Tu manera de disculparte es aceptable, pero... necesito pensarlo.
José propuso inmediatamente: —He oído de Néstor que nuestra casa está lejos del hospital donde trabajabas y que no tienes un medio de transporte adecuado.
—Mira... le pediré a Néstor que te compre un coche, ¿te parece bien?
Inés soltó una risa ligera y le recordó: —Parece que has olvidado que me despidieron del hospital, así que... ya no importa si tengo o no un medio de transporte adecuado.
El rostro de José cambió de
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