El hombre sonrió. "Parece que he rescatado a una sabandija. Habrías muerto de no ser por mí".
Angeline miró nerviosa la bolsa de infusión. "¿Me estás dando fluidos de esta manera? ¿No puedes usar un portasueros para sostenerla?".
"¿Lo estoy sosteniendo por ti y todavía no estás satisfecha?". El hombre miró a Angeline con incredulidad. "¿Sabes quién soy?".
Su expresión hizo que pareciera que debía sentirse honrada de que hiciera algo por ella.
"No me importa quién eres. Para mí, tú eres el culpable. Deberías asumir la responsabilidad de haberme herido".
El hombre curvó los labios hacia arriba mientras decía agraviado: "Fuiste tú quien fue a chocarse contra mi coche. Incluso dañaste los faros de mi coche. Tienes que reembolsármelo".
Angeline dijo: "No tengo dinero, pero tengo una vida. Puedes tomarla si quieres".
El hombre sonrió al darse cuenta de que ella era algo mordaz. "Oh, no importa. No puedes pagar los faros de mi coche. Lo único que tienes que hacer para pagarme es q