—Además… —hizo una pausa—. Tomaron todo el dinero de la muerte de mis padres e incluso una gran parte de su herencia. No son tan pobres. Son solo... muy codiciosos.
No quería alimentar su avaricia.
—Está bien, suficiente de eso. —Zhong Keke se compuso y respiró hondo—. Tengo que seguir dibujando storyboards. Voy a tener que quemar el aceite de medianoche esta noche si no termino.
Dijo y volvió a su mesa de trabajo para trabajar en sus storyboards.
Gu Lichen observó en silencio a Zhong Keke y no pudo evitar caer en trance.
...
Cuando Zhong Keke terminó de dibujar los guiones gráficos, ya eran más de las seis.
—Lo siento, perdí la noción del tiempo —rápidamente se disculpó.
—¿Se acabó? —Preguntó Gu Lichen.
—Sí.
—Entonces vayamos a cenar. ¿Qué quieres? —preguntó Gu Lichen.
—¿Qué tal el restaurante pequeño cerca del estudio? El mismo restaurante que encontramos la segunda vez —dijo Zhong Keke.
Los ojos de Gu Lichen brillaron. El restaurante era la pequeña cafetería