Capítulo 66
La mujer reía emocionada, mientras el hombre empezaba a silbar.
Antes de que Rocío pudiera hablar, los demás ya se adelantaban: —Vamos a jugar algo grande, gran estrella Orlando, elige a cualquier mujer presente para darle un beso.
Ya muchas chicas comenzaban a gritar.
Un beso de una gran estrella siempre era algo bien recibido.
Además, justo después de que Amelia admitiera que no tenían ninguna relación, esto daba más rienda suelta a todo.
Orlando arrugó ligeramente y su mirada se tornó un poco más fría.
Pero ahora todos estaban ya cautivados por su atractivo, y Julia fue la primera en salir a calmar los ánimos: —Tranquilo, aquí todos somos de confianza, nadie tomará fotos.
Los espectadores, entre risas, intervinieron: —¿Señor Orlando, será que no se atreve? ¡Hay que aceptar las apuestas, eh!
—¿Qué dicen ustedes? Nuestra gran estrella siempre cumple lo que promete.
Amelia escuchaba sus palabras, su mirada se posó en Orlando, y una chispa de desdén brilló en sus ojos.
Ella no quería en

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