Capítulo 64

Justo cuando iba a sentarse al lado izquierdo de Rocío... De repente, ella, con rapidez, atrajo a Amelia para que se sentara a su derecha. La sonrisa en los labios de Amelia se congeló por un momento. A su derecha, estaba Orlando. Rocío aún no era consciente del conflicto que Amelia había tenido con Orlando. Rocío se acercó al oído de Amelia con una sonrisa traviesa y dijo: —¿Qué tal? ¿Es suficiente sorpresa? La frente de Amelia se frunció involuntariamente, y casi entre dientes, respondió: —Bastante... Sorprendente. Antes de venir, ella había pensado en no llevarse ningún disgusto, ¡y ahora, eso es exactamente lo que había pasado! Rocío levantó ligeramente el menton con un aire de complacencia: —Siempre he estado pensando en ti. Ella sirvió un vaso de vino y lo colocó frente a Amelia, guiñando un ojo con insinuación: —Vamos, aprovecha que el alcohol haga su efecto, ya sabes. Amelia estaba muda. En verdad no sabia que hacer. no sabía cómo actuar. Ahora, lo que menos quería Amelia era