Capítulo 49

Varios hombres grandes no pueden derrotar a una Amelia. Hugo estaba furioso al extremo, pero no se atrevía a dar un paso adelante, temiendo que los puños de Amelia golpearan su cuerpo. Amelia pateó a uno de los guardaespaldas, provocando que este se tirara al suelo, abrazando su pierna y gimiendo sin cesar. —Ah... —Ay... El guardaespaldas, furioso con Hugo, se atrevía a enojarse pero no a hablar. Maldición, si eres tan valiente, ¿por qué no lo intentas tú? Los demás tampoco se atrevían a avanzar, ya sintiendo miedo en sus corazones, aún doliendo intensamente el lugar donde habían sido pateados. El rostro de Hugo estaba negro como el fondo de una olla. De cualquier manera, tenía que retener a Amelia por la fuerza, sabía bien que si Amelia se iba hoy, sería difícil volver a capturarla. Aprieta los dientes y dice en voz alta: —¡Atrapenla, les pagaré el doble a ustedes! Aunque Amelia ya estaba decepcionada de él, al oír esas palabras, su cuerpo no pudo evitar temblar, y miró hacia atrás a