Capítulo 91
—Alberto, te lo suplico, si no aceptas, mi abuelo realmente me va a matar a regaños. Incluso si no quieres usarlo, puedes dejarlo en el estacionamiento acumulando polvo.
Inés lanzó su táctica infalible: la súplica coqueta.
—Está bien, lo aceptaré.
Alberto sonrió con amargura, era mejor ceder que ser descortés. ¿Acaso sus habilidades médicas eran comparables con un Maybach?
Esto era una señal amistosa de la familia Daniel hacia él.
—Gracias, Alberto, eres increíble.
Inés se acercó y abrazó a Alberto antes de darle la espalda, despedirse con la mano y marcharse.
—¡Ay!
Alberto negó con la cabeza, pensando: —¿Cómo se supone que voy a manejar dos autos solo?
Sin embargo, tenía un plan. Decidió regalar el Maybach a Valeria y él conduciría su Volkswagen. Al fin y al cabo, un auto solo es un medio de transporte, no algo esencial para vivir.
Tras asegurar el Volkswagen, Alberto guardó los documentos en el Maybach y se dispuso a partir. No esperaba que Lourdes apareciera conduciendo su Golf.
El
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