Capítulo 70
—¿Qué haces? ¿Por qué no te mueves?
Lourdes se movió rápidamente, con una claridad mental impresionante. Le dio una patada en la parte baja del cuerpo a Alonso, que también estaba paralizado, y agarró a Alberto para salir del bar a toda prisa.
Subieron al coche, pusieron la marcha, y el Golf voló a través de la noche.
—Hermana Lourdes, hermana Lourdes, no te pongas nerviosa. No nos están siguiendo, sólo son cuatro tipos.
Alberto echó un vistazo al retrovisor, casi riendo.
Nunca pensó que algún día necesitaría la ayuda de una mujer para pelear.
Y vaya que Lourdes era feroz, realmente se atrevía a golpear con fuerza.
—¡Esos cuatro no son ninguna buena cosa!
Lourdes, con el rostro tenso, ignoró los semáforos y se centró en alejarse del lugar lo más rápido posible.
—Si sabías que no eran gente común, ¿cómo te atreviste a atacarlos?—La curiosidad de Alberto aumentó.
En general, una chica se asustaría hasta el punto de gritar o, si era un poco más valiente, se escondería y llamaría a la poli
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