Capítulo 63
El cajero, después de recibir el consuelo, se sintió menos asustado. Una vez que reorganizó sus pensamientos, señaló a Alberto y dijo:—Este señor vino a pagar y tenía dudas sobre el monto de la factura. Entonces, le traje la cuenta. Este señor dijo que no había bebido vino tinto. Justo cuando iba a explicarle, ese otro señor entró.
—Ellos deben conocerse, porque apenas entró, llamó a este señor "recluso de reforma laboral" y comenzó a hablar de manera despectiva, diciendo que un "recluso de reforma laboral" no merece beber buen vino. Este señor se enfadó y le dio una patada.
El cajero no se atrevía a inventar nada, especialmente porque había cámaras de seguridad que podían confirmar todo.
—Entonces, ¿fuiste tú quien inició todo esto?
Rubén se volvió hacia Héctor y le preguntó:—Difamar a alguien es un delito. Si se te encuentra culpable, no sé si él es un "recluso de reforma laboral", pero tú podrías convertirte en uno.
—Pero, pero él me golpeó.
Respondió Héctor, visiblemente nervioso.
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