Capítulo 43
¿Sergio podrá encontrar alguna pista?
—Bip bip... bip bip...
En ese momento, Oscar llamó por teléfono.
—Hola, Presidente Daniel, ¿qué pasa?
—Ah, Alberto, ¿en qué estás ocupado?
La voz de Oscar era alegre y grave, sonaba muy feliz.
Sí, Oscar estaba muy feliz.
Desde la noche anterior, después de que Alberto le ayudara con un par de acupunturas, Oscar había pasado dos noches seguidas divirtiéndose plenamente.
Con su hija Inés como experimento, y habiendo salvado a su propio padre, su habilidad médica era indiscutible.
—No estoy haciendo nada importante, ¿qué pasa? Presidente Daniel, hable claro.
Alberto respondió fríamente.
—Nosotros, la familia Daniel, queremos invitarte a una comida para agradecerte. ¿Tienes tiempo esta noche?—explicó Oscar.
—No puedo esta noche, tengo que salir con mi novia.
Alberto respondió tras pensarlo un momento.—Si es para comer, podría ser al mediodía, tengo tiempo libre al mediodía.
—Bueno, está bien, al mediodía entonces. ¿Dónde estás? Enviaré a un conducto
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