Capítulo 24

Alberto desayunó temprano y salió pronto al día siguiente, pero se topó con el tráfico de la hora punta. Un trayecto que normalmente tomaba media hora se prolongó a más de una hora. —¡Casi llego tarde, primero ficho! El tiempo apremiaba, así que Alberto dejó el coche en la entrada del aparcamiento y corrió a fichar. Aunque la asistencia en el departamento de ventas era bastante relajada, como acababa de empezar en la empresa, quería causar una buena impresión y no dar motivos para comentarios negativos. —¡Bip, bip... bip, bip, bip...! Natalia estaba muy enfadada. Justo cuando iba a entrar a la empresa, un coche de lujo estaba aparcado en la entrada y no podía pasar. Además, estaba en una curva, lo que hacía imposible retroceder. —¡No toques la bocina! ¿No ves que es un coche de lujo? Óscar la detuvo rápidamente. Esa mañana, Natalia había querido practicar con el coche, así que iba más despacio; de lo contrario, ya habrían llegado a la empresa. Las mujeres, en general, no entienden much