Capítulo 200
—Papá...
Carlos estaba aturdido, tocándose la cara ardiente, completamente sorprendido.
Ese golpe lo había recibido de lleno.
—Pídele disculpas al Dr. Alberto de inmediato, o no me importará romperte la boca hoy.
Mientras hablaba, Francisco comenzó a desabrocharse el cinturón frente a todos.
Estaba muy enfadado.
—Francisco...
Viendo la cara de su hijo hincharse rápidamente hasta casi sangrar, la tía Ana sentía un dolor como si le clavaran una aguja en el corazón.
—Cállate.
Francisco le lanzó una fría mirada a la tía Ana, y el cinturón en su mano se dirigió hacia la cara de Carlos.
¡Plaf!
El golpe fue rápido y el sonido resonó claramente.
—¡Ah!
El grito de dolor de Carlos también era notable, cubriéndose la cabeza y saltando en el lugar por el dolor.
—Pídele disculpas.
La voz de Francisco no era fuerte, pero sí lo suficientemente fría como para dar miedo.
Nadie se atrevía a intervenir. Ni Marco ni Inés se atrevían a mediar, pues hacerlo sería enfrentarse a Alberto, y la tía Ana mucho me
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