Capítulo 108
Alberto llegó a la empresa con el ánimo por los suelos y justo se encontró con Lourdes.
—Lourdes, buenos días...
—¡Vaya! ¿Te dignas a venir al trabajo a pesar de que ya tienes quien te mantenga? ¿Qué pasa, no pudiste satisfacer a la rica anoche y por eso no te prestó el Maybach?
Al ver a Alberto conduciendo un Volkswagen común, Lourdes esbozó una sonrisa sarcástica.
Luego, su expresión se volvió fría, y con un taconeo firme, entró en el edificio de oficinas sin volver a mirar a Alberto, como si fuera un simple transeúnte.
—¿Qué hice para merecer esto?
Alberto frunció el ceño, sintiéndose aún más abatido.
No obstante, decidió no explicar el malentendido y se centró en hacer su trabajo lo mejor posible.
Después de fichar, volvió a su oficina y comenzó a revisar detenidamente los datos de los clientes.
—Hmm.
Media hora después, Natalia y Óscar también llegaron a la empresa. Ambos, al ver a Alberto, resoplaron con desdén. Especialmente Óscar, quien murmuró "recluso de reforma laboral" a
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