Capítulo 93
La vio acurrucada allí, con un reloj de bolsillo en la mano.
Había visto ese reloj antes, era una cosa muy vieja, tan vieja que los grabados en la carcasa estaban casi completamente desdibujados.
No sabía cómo había llegado a ser su tesoro.
El hombre se sentó a su lado, intentando despertarla para que se fuera a la cama.
De repente, escuchó una suave llamada——
—Pablo, no molestes, me haces cosquillas...
La mujer dormía profundamente, sin darse cuenta de que había alguien más a su lado.
Al pronunciar estas palabras, todavía apretaba fuertemente el reloj de bolsillo, pero su rostro estaba adornado con una sonrisa.
El hombre, que se había inclinado para despertarla, se detuvo de repente.
En el aire, una sensación de opresión comenzó a llenar el ambiente, haciendo difícil respirar.
La mano de Alejandro quedó suspendida en el aire, a solo unos centímetros de tocar a María.
Pero detuvo todos sus movimientos.
Su mirada estaba llena de oscuridad.
'¿Pablo?
¿Quién es?
¿Su amante?
Entonces...
¿Qu
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