Capítulo 58

Marta tenía muchas razones para odiar a María. Odiaba que se casara repentinamente con su hermano, desplazando a Leticia, con quien se llevaba bien. La envidia la consumía al ver cómo María robaba el cariño de Javier y José. Cada vez que María estaba presente, su padre y su abuelo no la miraban con buenos ojos, como si María fuera la hija biológica y ella la extraña. Desde entonces, Marta había sembrado en su corazón una profunda aversión hacia María. Cada vez que los tres hombres de la familia no estaban en casa, se aprovechaba para maltratarla. De cualquier manera, esa mujer tonta no se quejaba con el abuelo, así que Marta la hostigaba sin piedad. En pleno invierno, obligó a María, embarazada, a arrodillarse afuera de la casa. Insistía en que solo quería comer la comida preparada por María y constantemente hablaba mal de ella frente a la familia. Y así sucesivamente, había innumerables ejemplos de su crueldad. Con el tiempo, al ver que María no reaccionaba a sus abusos, Marta se a