Neil y Silvia entraron en la habitación antes que lo hicieran el doctor y dos enfermeras.
Troy se puso nervioso al ver de repente a tanta gente. Empezó a retroceder mientras emitía algunos sonidos inteligibles: “Ah, ah”. Era evidente que no estaba contento con su llegada.
Neil le dirigió una mirada gélida y comenzó a interrogarlo.
“Troy Zobel, ¿estuviste implicado en el accidente de coche de Sean Remus y Beatrice Gould?”.
La mención de sus nombres pareció agitar a Troy. Él gritó y agitó las manos asustado.
“¡Ah! ¡Ah! ¡Vete! ¡Vete! Miedo…”.
Neil no mostró compasión y continuó: “¿Por qué dejaste el país justo después de que Sean y Beatrice se vieran involucrados en ese accidente de coche? ¿Hiciste algo malo?”.
“¡No! ¡Ah! Tengo miedo…”.
Mientras hablaba, Troy empezó a golpearse la cabeza contra la pared. Era como si no sintiera ningún dolor a pesar de lo fuerte que sonaban los golpes.
La expresión del doctor cambió. Se acercó para sostener a Troy y se apresuró a decir: “¡Trae el