Silvia se veía indiferente. “Ridículo”.
“¡¿Cómo te atreves a decir eso?!”.
Mindy apuntó con el dedo a Silvia y le gritó: “¡Esta es la razón por la que no te quiero! ¡Eres muy testaruda!”.
“¿Algo más que quieras decirme?”.
Silvia estaba perdiendo la paciencia, mientras Mindy se enojó una vez más.
“¡Silvia! ¿Es esta la forma en la que le hablas a tu madre?”.
Silvia miró fijamente a la agitada Mindy mientras decía: “¿Qué tiene de malo?”.
Mindy frunció el ceño y dijo con molestia: “No importa. Vayamos al grano. Ada ya regresó, así que ¿cuándo te vas a divorciar de Neil?”.
“¿Por qué necesito divorciarme de Neil?”.
Mindy bufó. “No finjas que no sabes que Ada y Neil gustan el uno del otro. ¿No sientes vergüenza al estar con Neil?”.
Silvia se mostró indiferente. “Neil es mi esposo. Ada es la que debería sentir vergüenza”.
La ira distorsionó la expresión de Mindy mientras hablaba con los dientes apretados: “¿Acaso no hay más hombres en este mundo? ¡¿Por qué tuviste que robarle a Neil