Capítulo 22
Ada se sonrojó al escuchar las palabras de su abuelo, asintió con la cabeza y dijo: “Está bien”.
Ella se acercó al coche y dijo en un tono dulce: “Neil, todos te están esperando. Por favor, sal”.
Silvia y Neil estaban en un intenso enfrentamiento cuando escucharon la voz falsamente dulce de Ada. Silvia tembló y se le puso la piel de gallina por todo su cuerpo.
Ella miró a Neil con una débil sonrisa e imitó el tono de Ada para decir: “Neil, tu querida Ada está esperando fuera del coche. ¿Puedes dejarme ir ahora?”.
El ceño fruncido de Neil se profundizó aún más. Él apretó los dientes y dijo: “¡No hables con ese tono!”.
Silvia puso los ojos en blanco. “Solo si sueltas mi mano”.
Después de un breve momento de silencio, Neil soltó la mano de Silvia y dijo con frialdad: “Salgamos”.
Silvia abrió de inmediato la puerta y salió del coche. Ada parecía tímida y emocionada al principio, pero cuando vio a Silvia, su expresión se llenó de descontento.
“¿Silvia?”.
Ada pensó: ‘¡En serio vino
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