Jenson quitó los grilletes de Bebé Robbie que lo ataban al poste de la cama y luego lo arrastró hasta las ventanas de piso al techo para poder ver mejor el cielo.
El cielo estaba lleno de linternas que parecían innumerables estrellas iluminando a los niños en su camino a casa.
Escritos en las linternas del cielo estaban los mensajes de Jay y Angeline.
[¡Te amaremos por siempre, Bebé Robbie!].
[Estoy dispuesto a cambiar mi vida por tu seguridad].
[La vida tiene un límite, pero el amor no tiene fin].
[Que sigas siendo el mismo joven brillante y alegre cuando regreses].
[¡Bebé Robbie, te estamos esperando!].
...
Habían mensajes largos y cortos en las linternas del cielo de varios tamaños.
El papel era demasiado corto para describir sus sentimientos.
Bebé Robbie podía sentir claramente la preocupación y el anhelo de sus padres por él.
Las lágrimas brotaron de sus ojos y luego se desplomó en el suelo.
Jenson se inclinó y dijo en voz baja: “Probablemente no sepas por lo que han